Con el invierno en pleno apogeo aquellos afortunados que aún disponen de vacaciones se lo replantean: para mucha gente no hay nada peor que irse de vacaciones y que haga mal tiempo. Para destruir este mito, HolidayCheck te da los 10 consejos que marcarán la diferencia.
1. Escribir postales a tus amigos
Es una tradición que se está perdiendo a favor de la tecnología, pero ¿quién no se alegra de encontrar algo que no sean facturas en su buzón? Aprovecha que fuera está diluviando para sentarte tranquilamente a escribir las postales que compraste con esa intención. Si no siempre puedes ir a la versión de Correos: tú las escribes por Internet y ellos las mandan.
2. Visitar museos
Un poco de cultura al año no hace daño. El mal tiempo es una buena excusa para hacer actividades en el interior, nadie quiere ir en verano cuando luce el sol en el cielo y las nubes son amistosas. Los museos pueden ser lugares mágicos, y no hace frío. Por ejemplo, una excelente opción para un día nublado en Bruselas sería el museo Magritte.
3. Relajarte en el lobby del hotel o la biblioteca
La mayoría de hoteles tienen un hall de entrada o una biblioteca. En cualquier caso, un lugar en el que sentarse, leer el periódico o charlar con otros huéspedes que estarán en la misma situación que tú. Si la cosa se anima, siempre podéis ir a tomar algo al bar del hotel.
4. Aprovechar para dormir
Las vacaciones son para descansar y relajarse, ¿no? Entonces ¿cómo puede ser que a veces volvamos más cansados de las vacaciones de lo que nos fuimos? Correr todo el día de aquí para allá puede convertirse en una pesadilla. Así que si te despiertas, miras por la ventana y ves una gran nube gris, puede ser un buen tiempo para volver a la cama y descansar, disfrutando de las comodidades que te ofrece el hotel. Después de todo, ¿no estás pagando por ellas?
5. Pasar el tiempo con juegos
Siempre es una opción divertida, sobre todo cuando no se viaja solo. Si no llevas siempre en tu maleta una baraja de cartas, no te preocupes, porque los hoteles suelen disponer de juegos de mesa de préstamo. A veces incluso, el hotel tiene casino, ¿por qué no hacerlo todavía más emocionante?
6. Comer en un restaurante
Los días de lluvia te dan la oportunidad perfecta para conocer los bares, pubs y restaurantes de la ciudad en la que estás. Puedes probar las especialidades culinarias de la zona o comprar los productos típicos que llevará de regalo a sus amigos y familiares. Además, ¿hay algo mejor que ver la lluvia caer al otro lado de la ventana mientras uno se toma un chocolate caliente?
Además puedes aprovechar la oportunidad para descubrir los restaurantes del hotel, por ejemplo, en Granada, el Villa Oniria, donde se encuentra el restaurante Fábula, uno de los mejores de la ciudad.
7. Alquilar una película
En la mayoría de los hoteles se pueden alquilar películas pulsando un único botón del mando a distancia. En la mayoría de los casos son estrenos recientes. ¿No pudiste ver aquella película que tanto te apetecía porque tenías que trabajar? ¿Para qué están las vacaciones?
8. Ir al teatro
Puedes preguntar en la recepción del hotel o mirar por Internet los horarios de los espectáculos. Si estás en una gran urbe, no te será difícil encontrar uno que te guste, y si estás en una ciudad más pequeña puedes descubrir algo de la cultura local (bailes o músicas típicas). Por ejemplo en Salzburgo puedes descubrir el Teatro de Marionetas desde el Hotel Salzburg City Center.
9. Dejarte mimar en un spa
Relájate en un spa o un balneario cercano. Un masaje, una sauna, tratamientos de belleza... Puedes pedir consejo en la recepción. Así, cuando vuelvas al trabajo no sigas sufriendo por aquella contractura que te hace polvo la espalda y tu piel y uñas tendrán un saludable brillo.
¿Que no tiene sentido intentar huir de la lluvia? Pues regresa a tu infancia y salta en los charcos, baila y corre como un loco. Luego agradecerás una ducha caliente y un té mientras sonríes pensando en el desliz que te has permitido.
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